Recientemente se ha presentado el plan de ordenación urbana del municipio de Villaquilambre, tercero del área urbana leonesa y cuarto de la provincia. De la lectura de los pocos datos aportados por los periódicos locales se pueden sacar varias conclusiones de cierto interés a la hora de comprender como estará estructura el área urbana leonesa en el futuro.
Para empezar, el plan, elaborado por la empresa Omicrón-Amepro, plantea el desarrollo de Villaquilambre en base a los conceptos del modelo Cittá Slow, un modelo que establece una ciudad cuyos habitantes lleven una vida tranquila gracias a la presencia de un gran número de zonas verdes y de transportes alternativos al coche, como el carril bici o el autobús.
En cuanto al desarrollo urbanístico del municipio, el plan establece un techo de 46.000 habitantes, a alcanzar en 26 años, tras la construcción de 15.000 viviendas. Esto nos da un crecimiento aproximado de 1.150 habitantes -fácilmente asumibles, viendo la dinámica demográfica del municipio desde hace ocho años- y de 577 viviendas -no tan asumible, dada la crisis existente y la dificultad de recuperación del sector en años venideros- por año. Este crecimiento se localizará en los terrenos que hasta ahora se había procurado no alterar en detrimento de otros terrenos de menor calidad ecológica como los altos de Nava; de este modo, el espacio existente entre el eje Navatejera-Villaquilambre y el eje Villaobispo-Villarrodrigo será el que monopolice el crecimiento, a fin de fusionar ambos ejes con las miras puestas en consolidar una nueva ciudad al norte de León.
Es destacable el empeño del nuevo plan en la defensa de los núcleos urbanos tradicionales de las localidades del municipio, que se preservarán con medidas concretas dirigidas a proteger lo existente. Junto a esto, se establece que los núcleos del norte del municipio conservarán su ambiente rural, restringiendo su crecimiento urbanístico para mantener dicho aspecto. El plan también tendrá especial cuidado con las riberas del torío, que se preservarán de la expansión urbanística -a diferencia de las riberas del Bernesga en Sariegos y San Andrés- para conseguir un gran pulmón verde, que sin llegar a ser parque urbano, sirva para el esparcimiento de los habitantes del municipio.
La Universidad de León se verá beneficiada de los planes de crecimiento urbanístico de Villaquilambre. Fuente: Unileon.es
Otros aspectos del plan son la inclusión de una franja de terreno junto a la ronda este destinada a la expansión de la Universidad de León, una vez agotados los terrenos en el término municipal de León. Esta cuestión tiene su polémica, ya que si bien en León los terrenos escasean, en el campus del Bierzo no y que menos que impulsar el campus berciano con carreras apropiadas al clúster energético que se está formando en la segunda ciudad leonesa. Ya por último, es de destacar la elevada implicación del nuevo plan con el sistema de transportes del municipio. Como obra estrella, el plan prevé la construcción de una gran ronda interior que comunicase el cruce de La Granja con Navatejera; esta ronda tendría un plazo de ejecución elevado, pero aún así, actualmente ya podemos ver un tramo de este gran vial, junto a la clínica Altollano. Otras medidas de interés son la mejora de los corredores que comunican Navatejera-Villaquilambre con Villaobispo-Villarrodrigo, a fin de sentar las bases de una nueva ciudad unificada. Termino diciendo que cuando publiquen el plan, este blog realizará un análisis pormenorizado de varios asuntos del mismo como hizo en su día con el de San Andrés del Rabanedo.
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