El parón eólico motivado por el cambio de normativa del sector ha provocado graves problemas en numerosas empresas afincadas en nuestro país. Las primeras en caer en nuestra provincia fueron las eólicas bercianas, que se implantaron al calor de las subvenciones MINER y han demostrado su verdadera implicación cuando las cosas han ido mal y no han podido tirar de más subvención. La siguiente ha sido la joya del sector eólico en la provincia, Vestas, que llegó con un proyecto modesto y acabó decidiendo convertir Villadangos en una de sus principales plantas de producción de su red mundial. Sin embargo, este apoyo parece haber quedado algo en suspenso debido al mencionado parón eólico y a la caída de los pedidos, aún con la inversión a medio realizar, lo que puede darnos una idea del nivel de la caída en los pedidos.
Lo grave no obstante, no está en que Vestas paralice su inversión, pues la recuperación del sector acabaría incidiendo en una finalización de la misma, pues ya se encuentra iniciada. Lo grave esta en que un grupo de empresarios del sector auxiliar eólico se había fijado en el desarrollo de Vestas y había iniciado su implantación en Villadangos, con una creación conjunta de empleo estimada en 3.000 nuevos puestos de trabajo. Semejante volumen de empleo no puede ni debe dejarse escapar, pues de él puede depender en gran medida la pronta salida de la crisis de la ciudad y de la provincia, ya que 3.000 empleos suponen un buen número de empleos indirectos creados en otros sectores.
Al hilo de todo esto, me gustaría hacer una reflexión en voz alta. Nuestra ciudad camina como quién dice por el filo de la navaja, con una posibilidad casi cierta de perder un volumen ingente de empleo casi ya asegurado (tramitación muy avanzada); la pregunta ahora es: ¿Veremos a la Junta mover un dedo?; todo parece indicar que no. Las razones son evidentes y que "cualquier niño podría decir"*: León no es Valladolid y 3.000 empleos en León no justifican movimiento alguno por parte de la Junta como si lo justifica Renault en Valladolid, a la que se darán 350 millones (mismos millones que los paralizados en las cuencas mineras leonesas) y los que hagan falta para retrasar su inevitable espantada a países con costes laborales más bajos. Es así como la Junta se convierte una vez más en una fuente de desilusiones y cabreos para los leoneses.
*frase famosa del alcalde vallisoletano cuando hablaba de que el aeropuerto de Villanubla , para su desarrollo, exigía el cierre de tres aeropuertos, los de León; (León y Matacán
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