La subida de los precios del petróleo, que mina la competitividad de nuestra economía, ha creado finalmente un escenario que nadie hubiera creído hace unos años: el carbón nacional es más barato que el importado. Y es que ahora producir energía con el carbón nacional es 15 euros más barato que con el importado, ya que con el carbón importado, el mwh cuesta 77 euros mientras que con el carbón nacional cuesta 59. Este hecho, de seguir el tiempo suficiente, podría desembocar en una reactivación de la producción minera nacional y en la recuperación de decenas de pueblos que antaño dependían de este mineral para su subsistencia. Sin duda una buena noticia para provincias como la nuestra, que tienen comarcas enteras en caída libre por la crisis del carbón, que se prolonga ya varias décadas y a la que nadie ha hecho caso, en especial la Junta, que ha dejado de invertir en esas comarcas pensando que los fondos del carbón eran suficientes.
Ahora solo nos queda esperar a que esta situación se mantenga, para que el carbón importado siga aumentando de precio y el carbón nacional aumente también para rentabilizar las explotaciones nacionales y de este modo atraer al sector inversión y hacer que las empresas tradicionales como la Hullera Vasco-Leonesa o la MSP puedan crecer y traer riqueza de nuevo a comarcas como la de Laciana, la de Cistierna o la del Bierzo. Un renacer del carbón sería la excusa perfecta para poner en marcha, por parte de los Ayuntamientos afectados, un plan de mejora de sus infraestructuras para dejar de depender del carbón con actuaciones como la creación de polígonos industriales municipales, mejora de los cascos urbanos y dotaciones culturales
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